Se trata de gastos que se hacen de forma espontánea, en general cantidades reducidas de dinero, cuyo impacto no se percibe inmediatamente. Parece que no afectan las finanzas personales pero en realidad tienen una incidencia económica importante. Si bien un gasto pequeño no daña la economía personal, la sumatoria de gastos hormiga termina impactando en el acumulado. 

¿Cómo identificarlos? 

Son compras de bajo monto y de cosas cotidianas, por eso parecen gastos inofensivos y pueden pasar desapercibidos. El café que comprás por la mañana, una golosina en un kiosko, salir a comer o pedir delivery son algunos ejemplos. 

Se trata de gastos no planificados. Al ser pequeños, pueden no estar considerados en tu presupuesto y en ocasiones son compras impulsivas. Es importante que lo analices e identifiques cuáles son gastos prescindibles y cuáles indispensables. 

Son recurrentes. La periodicidad con la que hacés este tipo de compras es lo que determina la cantidad de dinero que terminás destinando a los gastos hormiga. 

Al pensar en los gastos y en armar un presupuesto, es normal concentrarse en los más significativos pero son estos pequeños gastos diarios los que pueden estar drenando tu bolsillo. 

¿Cómo controlarlos? 

Si es tu primera vez en llevar el control de este tipo de gastos, podés empezar anotándolos diariamente en una agenda o aplicación, detallando el concepto y monto. Así, a fin de mes conocerás cuánto representa en dinero y podrás decidir si ajustás tu presupuesto o agregarlo como un nuevo concepto.

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