¡El poder para proteger tu información está en tus manos! En esta nota repasamos algunos puntos clave para ayudarte a detectar a tiempo los fraudes digitales. 

En comunicaciones vía email, chequeá el remitente. Hacé clic en el nombre de quien te envió el mail y controlá bien la casilla de origen. Revisá que sea un remitente conocido y que no tenga faltas de ortografía ni errores de tipeo. Si el mail viene de un correo electrónico con este tipo de errores, desconfiá. 

Atención a los mensajes urgentes: los estafadores crean urgencia o miedo para que actúes rápidamente y sin pensarlo dos veces. Mantené la calma y verificá antes de actuar. 

Sospechá de los enlaces: no hagas clic en links dudosos o acortados. Nunca completes datos personales si el mail viene de un dominio desconocido. Si un enlace te llama la atención o resulta sospechoso, es mejor eliminarlo y contactarse directamente con los canales oficiales. 

No descargues archivos no solicitados: podrían ser inseguros. Evitá abrir adjuntos, como por ejemplo archivos en formato PDF, .exe, .zip, que no hayan sido no solicitados para algo que estés haciendo. ¡Podrían tener virus! 

Por último, asegurate que tus contraseñas sean seguras y no las compartas con nadie.  

Recordá que la prevención es tu mejor defensa. Mantenerte la alerta, desconfiar ante peticiones inusuales y tomarte un momento antes de hacer clic o ingresar información son hábitos esenciales para navegar de forma segura. ¡Tu seguridad digital es una prioridad!